Una delegación del Ayuntamiento de Castelldefels, encabezada por el concejal de Playas y Protección Civil, Marcos Soler, ha viajado los días 12 y 13 de marzo a la ciudad de Sète, en el sur de Occitania. Junto a representantes del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), de la Generalitat y de otros siete municipios costeros, han conocido de primera mano un innovador sistema de estabilización del litoral basado en un atenuador de oleaje.
El municipio francés ha sufrido durante décadas los efectos de la erosión costera, con un retroceso significativo de su línea de playa. Para hacer frente a este problema, las autoridades locales implementaron un sistema de protección basado en una estructura sumergida de 2.400 metros de longitud y tres metros de altura, situada a 350 metros de la costa. Construida con geotubos textiles dispuestos en doble fila, esta barrera reduce el impacto de las olas y minimiza la fuerza de los temporales, proporcionando una protección estructural que imita el funcionamiento natural de los arrecifes de coral.
Un modelo de éxito con más de una década de resultados
El tramo costero entre Sète y Marsella ha sido históricamente vulnerable a la erosión y al aumento del nivel del mar. Hasta la instalación del atenuador de oleaje, la playa de Sète perdía una media de cuatro metros anuales. En 2013, se inició la primera fase del proyecto con la colocación de 1.000 metros de barreras submarinas, que fueron ampliadas en 2018 con 1.400 metros adicionales. Además, se llevaron a cabo aportes de arena para reforzar la estabilidad del litoral.
Los resultados han sido positivos: después de 12 años de implementación, la playa de Sète ha mantenido su estabilidad sin registrar nuevas pérdidas significativas de arena, ni por efecto del oleaje ni por los temporales. El impacto ambiental de esta solución es menor en comparación con otras infraestructuras, ya que su construcción genera menos emisiones de CO2 al evitar la extracción y transporte de grandes bloques de piedra.
¿Un modelo para Castelldefels?
Las playas de Castelldefels comparten características similares con las de Sète en cuanto a granulometría, inclinación y dinámica sedimentaria. Por ello, la visita ha permitido a la delegación municipal y metropolitana analizar de cerca esta solución para evaluar su viabilidad en el litoral barcelonés. La estabilización de las playas requiere un enfoque adaptado a cada caso, combinando técnicas innovadoras y tradicionales para mitigar el impacto de la erosión.
Los representantes de Sète Agglopôle Méditerranée han explicado a la delegación visitante los detalles técnicos del proyecto, su financiación, el mantenimiento y la monitorización del litoral. Esta experiencia en Occitania servirá como referencia para avanzar en el Plan de Estabilización de las Playas Metropolitanas, impulsando su reclamación ante el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, organismo responsable de ejecutar las infraestructuras necesarias para la protección del litoral. Además, se han solicitado actuaciones urgentes en aquellas playas que ya han desaparecido o que presentan un alto riesgo de desaparición en los próximos años.
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