Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) ha revolucionado la política local de nuestro municipo vecino, Sitges, con un macroproyecto en pleno parque natural del Garraf. La empresa que controla accionarialmente Carlos Slim (el octavo hombre más rico del mundo) pretende transformar la antigua cementera de Vallcarca en un campus tecnológico. La propuesta enfrenta a entidades ecologistas con el Ayuntamiento de Sitges, dirigido por la alcaldesa Aurora Carbonell (ERC).
Los ambientalistas consideran «un despropósito» lanzar un plan de ampliación urbanística en un espacio natural protegido como es el parque del Garraf, que ejerce de pulmón verde en la comarca y en municipios como Castelldefels. El proyecto consiste en reconvertir la fábrica de cemento, actualmente sin actividad productiva, en un gran hub vinculado al sector audiovisual, tecnológico y formativo. El gobierno municipal de Sitges defiende la propuesta como una gran oportunidad de desarrollo económico para el pueblo, mientras que asociaciones en contra del proyecto lo tildan de «desproporcionado» en plena emergencia climática. Además, denuncian que tras el supuesto hub tecnológico se esconde el interés de FCC en «construir una urbanización con 1.500 pisos y otras industrias».
Vallcarca, en el punto de mira
Vallcarca es un núcleo de población del municipio de Sitges, ahora abandonado. En sus mediaciones se encuentra una antigua fábrica de cemento, la primera en España y actualmente sin actividad productiva, con dos canteras de grandes dimensiones. Una fotografía industrial enmarcada en pleno parque natural del Garraf. Para el gobierno municipal se trata de un área estratégica con un gran potencial económico por su proximidad a núcleos urbanos como Sitges y Barcelona. Además, cuenta con salida a la autopista, una estación de tren (ahora abandonada) y un puerto de uso industrial.
En declaraciones a Metrópoli, Aurora Carbonell, alcaldesa de Sitges, resalta la importancia de recuperar Vallcarca y su actividad, en desuso desde hace años: «Desde el consistorio vemos con buenos ojos la reconversión de este espacio, actualmente en un estado muy degradado. A través del proyecto dejaremos atrás un terreno industrial para dar espacio a una nueva construcción basada en el conocimiento y la formación».
Sobre el proyecto
Detrás de este macro-planteamiento se encuentra la empresa privada Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), cuya presidenta es Esther Koplowitz y capital del magnate mexicano Carlos Slim, así como el despacho de arquitectos OUA Group, dirigido por Jordi Artigas. El proyecto tiene la ambición de convertirse en referente mundial como núcleo estratégico de las industrias del conocimiento y la innovación, respetando el patrimonio industrial de Vallcarca y dotándolo de un nuevo valor, al tiempo que se convierte en un nuevo motor económico para el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), explican desde la empresa.
Con una inversión prevista superior a 440 millones de euros, la regeneración de la antigua colonia industrial pretende convertir la zona en un distrito de innovación impulsado por la actividad económica vinculada al conocimiento, especialmente del sector audiovisual y de las TIC. «Un lugar donde poder vivir, trabajar y disfrutar», explica FCC, que quiere darle una segunda vida al municipio litoral. «Sus condiciones geográficas y de accesibilidad hacen que sea un sitio con un gran valor estratégico para la regeneración de una zona industrial del siglo XX en un distrito de innovación del siglo XXI», remarcan desde la compañía.
Según FCC, el nuevo desarrollo ocuparía 16 hectáreas del suelo industrial actual, que comprende una superficie total de 49 hectáreas, quedando el resto repartido entre zonas verdes y espacios abiertos en suelo urbano. Un punto que Aurora Carbonell destaca como algo muy positivo para la descontaminación y protección del parque: «La antigua fábrica de cemento ha dejado muchos espacios naturales sucios. Para nosotros tiene un valor incalculable y creemos que este proyecto ayudará a recuperar parte del Parque Natural del Garraf que ahora vemos perdido».
Una de las principales apuestas para Vallcarca es convertirla en un nuevo centro de producción y rodaje para Catalunya, a través de la implantación de platós y estudios de filmación, así como un plató acuático para la producción de escenas en el mar, un planteamiento que el gobierno destaca de «futurístico». Además, se recuperaría la riera y se construiría un nuevo parque fluvial que bajaría desde la montaña hasta el mar, donde se configuraría un nuevo puerto con usos productivos y educativos, al lado de una playa también recuperada.
Los ecologistas, indignados
Entidades ecologistas locales han mostrado su indignación ante al futuro proyecto tecnológico de Sitges. Lo tildan de «barbaridad» y «pelotazo urbanístico», sobre todo teniendo en cuenta la actual crisis climática. Aunque FCC subraya que el proyecto quedaría integrado «de forma natural» en el paisaje del parque del Garraf, entidades sociales en contra del proyecto aseguran que no tiene sentido crear un nuevo campus tecnológico en Sitges cuando los dos municipios colindantes ya cuentan con espacios de alta tecnología consolidados. Se trata del Parc Mediterrani de la Tecnologia – UPC Castelldefels y el Campus de l’Escola Politècnica en Vilanova i la Geltrú.
Proceso participativo
El Ayuntamiento de Sitges se ha comprometido a celebrar un proceso participativo ciudadano para dar voz a diferentes entidades sociales, así como exponer en qué consiste el proyecto y los beneficios que supondría para Vallcarca. Una promesa que Jaume Grau, portavoz de varias entidades ecologistas, asegura «no se sabe nada al respecto». «Si hay que actuar en Vallcarca, es únicamente para renaturalizar y reparar el mal hecho durante más de un siglo», explica Grau a Metrópoli.
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Fuente: Artículo de Forbes, Metrópoli Barcelona y La Vanguardia.